¿Cómo enseñar a mi hijo a identificar la frustración y qué hacer con ella? (Siguiendo Montessori)


La frustración es una emoción poderosa. Y aunque a nosotros nos puede hacer apretar los dientes… para un niño pequeño puede sentirse como una tormenta interna 🌪️.

En Montessori no se busca eliminar la frustración (spoiler: ¡no se puede!). Se busca acompañar al niño para que aprenda a identificarla, nombrarla y actuar de manera respetuosa consigo mismo y con los demás.

Aquí te comparto cómo aplicar montessori en casa para hacerlo de manera práctica, amorosa, para niños de 0 a 6 años.


🧠 1. Primero, reconozcamos: la frustración es parte del crecimiento

En Montessori entendemos que cada “reto” es una oportunidad de desarrollo.
Cuando un niño se frustra es porque algo no sale como quiere, porque su deseo es más rápido que su habilidad actual.
¡Y eso está bien! Está aprendiendo.

✨ Consejo: No minimices ni “apagues” la frustración (“no llores”, “no es para tanto”).
En lugar de eso, valida la emoción:

“Veo que te sientes muy frustrado porque no lograste encajar la pieza.”


👀 2. Ayúdalo a identificar lo que siente

Los niños pequeños no nacen sabiendo decir “me siento frustrado”. Ven el mundo en blanco y negro: “me siento bien” o “me siento mal”.
Aquí es donde entramos nosotros como guías.

💡 Actividades prácticas:
– Usar un espejo: “Mira tu cara. Tus cejas están juntas. Tu boca está apretada. Parece que estás frustrado.”
– Nombrar emociones sencillas primero: feliz, triste, enojado, frustrado.
– Leer libros de emociones con imágenes claras.

✨ Consejo Montessori: Usa lenguaje concreto y sin juicios.


🛠️ 3. Ofrecer estrategias prácticas para canalizar la frustración

Una vez identificada la emoción, toca enseñar qué se puede hacer con ella.
Aquí el enfoque Montessori propone opciones claras, no castigos ni “sermoneos”.

💡 Opciones concretas:
– Respirar profundo 3 veces (modelo primero tú).
– Apretar una pelotita antiestrés o un pañito.
– Ir a un rincón de calma previamente preparado.
– Golpear suavemente un cojín (cuando el cuerpo necesita liberar energía).

✨ Consejo: Presenta las opciones cuando el niño esté tranquilo, no en medio del enojo.


🔄 4. Permitir que lo intente de nuevo (¡cuando esté listo!)

La frustración también viene del deseo de hacer bien las cosas.
No le quitemos esa motivación, pero tampoco lo forcemos.

💬 Puedes decir:

“¿Quieres intentarlo de nuevo ahora o prefieres descansar un poco?”

Esta simple pregunta devuelve al niño el control interno, algo central en Montessori.


🌱 5. Modelar la gestión de la frustración con nuestro ejemplo

Sí, ya sé: cuando tu hijo tira la torre de bloques por cuarta vez, ¡dan ganas de frustrarse también! 🙃
Pero recuerda: somos su espejo emocional.

Si nos ven respirar profundo, hablar con calma o decir “me siento frustrado, voy a respirar un momento”… ellos aprenderán a hacer lo mismo.

✨ Consejo Montessori: No necesitas ser perfecto. Solo auténtico y consciente.


💬 ¿Y si la frustración explota en berrinche?

Tranquilo, tranquila. No estás fallando como madre o padre.
En Montessori, el llanto o los berrinches no se castigan: se acompañan con presencia serena.

Quédate cerca. Ofrece palabras breves y reconfortantes.
Y recuerda: cada estallido es una oportunidad de aprendizaje emocional... para ellos y para nosotros.


🌟 La frustración no es enemiga. Es una maestra.

Enseñarle a tu hijo a identificar, expresar y gestionar su frustración desde pequeño le dará una herramienta poderosísima para toda su vida:
la resiliencia emocional.

Y como todo en Montessori, no se enseña “desde arriba”. Se enseña acompañando, confiando en que tu hijo es capaz.


📘 ¿Quieres más herramientas prácticas para acompañar las emociones de tus hijos día a día?

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💬 ¡Juntos estamos sembrando raíces emocionales fuertes para toda la vida!

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