“La frustración no es mala… lo malo es cómo reaccionamos nosotros.”

 


“Cómo ayudar a tu hijo a manejar la frustración”

Brindar estrategias claras, simples y aplicables para acompañar al niño en momentos de frustración, ayudándolo a reconocer, expresar y regular sus emociones sin gritos ni castigos.


Introducción

La frustración es una emoción completamente natural en la infancia.
Aparece cuando el niño:

  • quiere algo y no puede tenerlo,

  • intenta algo y no le sale,

  • recibe un límite,

  • siente que “no puede más”.

Muchos adultos fueron criados evitando o suprimiendo la frustración, por eso hoy les cuesta tolerarla o acompañarla. Pero los niños no nacen sabiendo regularse: su cerebro aún está en construcción.

En Montessori, entendemos que el adulto funciona como un regulador externo:
El niño se calma porque nosotros estamos calmados. Aprende a respirar porque nos ve respirar. Comprende sus emociones porque las nombramos con suavidad.

No se trata de eliminar la frustración —eso no es posible ni sano—, sino de enseñarle cómo atravesarla, cómo navegar su emoción y cómo recuperarse después.

Aquí tienes un programa de 7 días con estrategias concretas que funcionan.


Tabla detallada 

DíaEstrategiaEjecución prácticaRol del adulto
1Nombrar la emociónDecir: “Veo que estás frustrado / enojado / triste.”Nombrar sin etiquetar, sin juicio, sin sermón.
2Respiración mariposaJuntar las manos, colocarlas en el pecho y hacer 3 respiraciones lentas.Hacerlo junto al niño, 3 veces al día en distintos contextos.
3Rincón de calmaAlfombra, peluche, botella sensorial, libro corto.Acompañar con presencia tranquila. No obligar a usar el rincón.
4Modelar erroresHacer un error pequeño a propósito: soltar un lápiz, derramar un poco de agua.Decir “Uy, me equivoqué. Lo arreglo.” para mostrar naturalidad.
5Validación emocionalAntes de corregir: “Entiendo, está difícil. Estoy contigo.”Sostener el llanto o molestia sin intentar apurar la calma.
6Juego físico controladoEstirar banda elástica, apretar una pelota, amasar plastilina.Redirige energía acumulada sin competir ni presionar.
7Conversación post-emociónBreve charla después de que se calme: “¿Qué pasó? ¿Qué te ayudó?”Usar preguntas cortas, no interrogatorio. Solo reflexión suave.

Recomendaciones para padres

1. No minimices lo que siente.
Frases tipo “no es para tanto”, “no llores”, “ya pasó” bloquean la comunicación.
En lugar de eso: “Veo que te dolió / te molestó / te frustró.”

2. Mantén un tono firme pero cálido.
No grites, pero tampoco te muestres indiferente.
El equilibrio es lo que regula.

3. Las rutinas de calma funcionan mejor antes de la explosión.
Practica la respiración cuando está tranquilo.
Así podrá usarla cuando está alterado.

4. Evita discursos largos.
El niño en frustración no escucha razones.
Primero se calma el cuerpo, luego la mente.

5. Ensaya frases cortas y consistentes.

  • “Estoy contigo.”

  • “Veo que estás molesto.”

  • “Respiremos juntos.”

  • “Puedo ayudarte cuando estés listo.”

6. Si la emoción sube mucho, prioriza seguridad.
Retira objetos peligrosos sin dramatizar.
Tu postura corporal debe comunicar calma y límites seguros.

7. Revisa tus propias reacciones.
Los niños aprenden frustración observando cómo gestionas la tuya.


Ejemplos de casos ilustrativos

Caso 1: Bruno, 3 años — “Rabietas explosivas en el parque”

Lucía no sabía cómo manejar las rabietas cuando tocaba irse del parque.
Ese día, Bruno se tiró al piso al escuchar “nos vamos”.

En vez de gritar, Lucía:

  1. Se agachó a su altura.

  2. Nombró la emoción: “Veo que estás muy frustrado porque quieres quedarte.”

  3. Hicieron la respiración mariposa juntos.

  4. Esperó sin hablar demasiado hasta que él bajó la intensidad.

En menos de dos minutos Bruno respiró profundo y pudieron conversar:
“Mañana volvemos. Ahora toca ir a casa.”

Resultado:

  • Rabietas más cortas.

  • Mayor conexión emocional.

  • Mejor disposición a conversar después.


Caso 2: Laura, 4 años — “Se bloqueaba cuando algo no le salía”

Cada vez que un rompecabezas no encajaba, Laura lloraba.
Sus padres empezaron con la estrategia de modelar errores:

El papá derramó un poco de agua a propósito mientras servía.
Dijo con calma:

“Uy, me equivoqué. No pasa nada. Lo limpio y listo.”

Después de una semana viendo a los adultos equivocarse sin drama,
Laura comenzó a tolerar más sus propios errores.
Ya no tiraba las piezas. Ahora decía:
“Intento otra vez.”


Caso 3: Tomás, 5 años — “Acumulaba tensión durante el día”

Tomás tenía muchos momentos de frustración y se quedaba rígido,
como conteniendo todo.
Se introdujo el juego físico controlado:

  • Amasar plastilina firme

  • Estirar una banda elástica

  • Apretar una pelota antiestrés

Diez minutos por tarde.
Ese espacio le permitió descargar energía acumulada sin conflicto.


Logros esperados

  • Mayor capacidad para identificar emociones.

  • Disminución de rabietas intensas.

  • Mejor recuperación después de un momento difícil.

  • Más conexión y comunicación con el adulto.

  • Construcción de herramientas reales de autorregulación.


CTA

Descarga actividades y guías prácticas para trabajar emociones en casa (web en mantenimiento por alta demanda y descuentos):
👉 https://payhip.com/JuvenalPerezB


Hashtags

#EmocionesInfantiles, #MontessoriPerú, #CrianzaPositiva

Comentarios

Entradas más populares de este blog

“¿Tu hijo se aburre aunque tenga mil juguetes? No es él… es el exceso.”

¿Cómo puedo ayudar a mi hijo/a con los problemas escolares desde casa?

“¿Por qué mis papás no están juntos?”